LOS TOROS EN VILLA DE CURA
Un documento que data de diciembre de 1716 denuncia ante el Teniente Corregidor de los valles de Aragua, Don Luis Tellez de Silva, que españoles e indígenas han molestado el ganado propiedad del presbítero Pedro Díaz Cienfuegos, que pastaban en sabanas también suyas ubicadas en el sitio nombrado Valle de Cura (Hoy Villa de Cura)
. La molestia en cuestión se refería a que los señores capitanes Juan Joseph Moreno, Luis Jiménez de Rojas, Joseph de Obregón, Juan José Pacheco, Francisco Milano, Francisco de Silva y Pedro de Aros, conjuntamente con los civiles Juan Bartola, Manuel del Barrio, Simón Marín, Diego de Funes y un indio llamado Santiago, vecino de San Mateo, procedieron a celebrar una lidia de toros en la sabana en un espacio cerrado con palos. Algunos indios fungieron de cuadrilleros. Pero lo peor del caso fue que la corrida la celebraron en fiestas de guardar, como son el 30 de septiembre y el primero de enero, lo cual estaba prohibido por el Papa.
Fuente: Botello Rumbos.libro “El toreo en Aragua” escrito por Oldman Botello y Antonio Arteaga, enero 1973).
Tauromaquia andina
El ganado bovino aparece tempranamente en peru, y Garcilaso cuenta cómo-estando todavía en el cuzco, niño,-llegaron los primeros toros, lo cual suscitó enorme júbilo- llevome a verlos un ejército de indios que de todas partes iban a lo mismo, atónitos y asombrados de una cosa tan mounstruosa y nueva; porque triplicaban el peso de los auquénidos. Esos animales fueron destinados al trabajo de las haciendas españolas del cuzco, y es casi seguro que fueron indios quechuas yanaconas los campesinos que los usaron; en todas partes: los gañanes que araban eran indios, especificó el mismo cronista mestizo.
Lo propio debió suceder con los caciques provincianos, cuando eran ricos. Se conoce un documento del curaca de Cajamarca; Angasnapón, aliado de Pizarro en 1532 que en tiempos dell pacificador La Gasca-hacia 1548- contaba con ocho vacas y varios caballos.
Sucedió que los propios príncipes incaicos no fueron ajenos ala gigantesca ventaja que significaba contar con los músculos y el sustento que proporcionaban aquellos animales. Por eso hallaremos en Vilcabamba cuando la toma de la ciudad por las huestes toledanas en 1572; cerca de allí se vieron , en efecto, en Pampaconac, nada menos que - noventaysiete vacas de castilla y ovejas de castilla y puercos, tal como lo cuenta fray Martin de Murúa, quien es el mejor informante de la época sobre los incas de aquel periodo. Pero la atracción por esos animales no fue exclusivamente la de su aspecto productivo- mucho mas atrajo el brillo de la tauromaquia. -Al respecto, el arte debió deslumbrar a los quechuas desde que hubo “regocijos de toros, en el Cuzco con motivo del bautizo de Sayri Tupac, inca de Vilcabamba; es el propio Garcilaso quien lo menciona, recordando su juventud y precisaría que los toreros llevaron librea muy costosa.
Las artes taurinas apasionaros muy pronto a los indios de todo el país, Hubo afición indígena an amplia escala, sobre todo en pueblos de alturas, quechuas y aymaras, al extremo de que el cronista colonial criollo Alonso Ramos Gavilan ya podía contar milagros de la virgen de Copacabana, que habria salvado de la muerte a toreros indígenas, el primero de ellos en 1598 nada menos, El nuevo arte se divulgó entre los indios de las alturas, entre otras causas, porque los toros cerriles de las estancias de los españoles y criollos eran tan bravos que- salen a los caminos- como anotaría Garcilaso, quien no cesaremos nunca de recomendar como cronista.
La temprana asimilación parcial de bovinos podría explicar el enorme arraigo con que contó la tauromaquia desde un inicio en todas las serranías. No solamente en el toreo propiamente dicho, sino en la improvisación indígena de nuevas artes o juegos, como el toro-pujllay, especie dela fiesta de San Fermin(Pamplona-España) con varios toros a la vez. Tambien en la suerte de la Moharra, variante nacional ejecutada por lo quechuas de Huarochirí, traída a la Lima colonial. Y bien sabemos que, desde años imprecisables, pero distantes, los indios de todos lados gustaron de saltar a los ruedos pueblerinos en lo mas exaltante de las fiestas patronales; y en esta via se ahondaron vocaciones, generalmente mal vistas por el criollismo taurófilo señorito. Todavia se sigue discutiendo si fue indio o zambo el torero Zevallos, pero el famoso pintor Goya, en sus acuarelas lo da como indio.
Historia del Perú-.
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