sábado, 20 de junio de 2009

Desde Ecuador.....

María de Toral
Ecuador [ 19/06/2009 ]

DE LOS HIPÓCRITAS... ¡LÍBRANOS SEÑOR!

En las últimas semanas, el Ecuador ha vivido con indignado asombro los flagrantes ataques que, desde las más altas esferas del gobierno se están realizando contra una cadena de televisión de corte independiente o, lo que equivale a decir; contra el único canal de televisión con la personalidad y el coraje de decirle al presente gobierno verdades, que como es de suponer, no le gusta escuchar.

Teleamazonas se ha convertido en la cabeza de turco en la lucha del Gobierno Nacional contra la libertad de expresión y de información. Tan rastrera es la actitud del gobierno que miembros de sus propias filas están en desacuerdo con las medidas que pretenden tomarse, es decir; cancelar la frecuencia a este medio. Entre otros factores dicen que lo hacen por haber transmitido, en el noticiero de la noche, dos escenas de una faena de toros; como parte de la información sobre las fiestas de Ambato.

Decía alguien muy querido que: “el sentido común es el menos común de los sentidos” y, las acciones gubernamentales no hacen más que probar esta aseveración, ¿cómo si no, se comprende que ante falta tan grave que justifique la cancelación de una frecuencia, la multa impuesta sea de 20 dólares?
Cuando el CONARTEL (que quiere decir algo como, Consejo Nacional de Radio y Televisión) y que, a juzgar por las acciones tomadas en los últimos días, debería significar Consejo Arbitrario de Televisión, en Diciembre pasado soltó la “perla” de que se prohibía la difusión de las corridas de toros en el llamado horario infantil, (es decir entre las seis de la mañana y las veinte y un horas); en un medio de prensa local, denunciamos que estábamos viendo la punta del Iceberg, que el paso siguiente sería la limitación de los medios de comunicación, la violación de la libertad de prensa. ¡Lastimosamente tuvimos razón!.


Es lamentable decirlo pero, el país está enfrentándose a acciones meditadas y coordinadas para llevarlo hacia una dictadura, disfrazada de democracia, pero dictadura al fin. En el momento, todos los poderes del estado están directa o indirectamente manejados por la Presidencia y los pocos espacios que aún no están en sus manos, como se ve claramente con Teleamazonas, están camino a ser borrados.

El concierto internacional debería estar muy alerta sobre lo que está sucediendo en Ecuador porque, para cuando quieran darse cuenta, tanto los ecuatorianos como el mundo, el gobierno habrá llevado al país al mismo estado de cosas que vive ahora mismo Venezuela.

En los últimos días los ecuatorianos que aún ven el bosque a pesar de los árboles, han realizado plantones de solidaridad frente a las oficinas centrales del canal de televisión.

Todas estas manifestaciones se han mantenido dentro del más estrecho de los respetos, no ha sonado una palabra altisonante, un grito o un insulto; han sido manifestaciones velientes pero, inofensivas hasta la última, en la que hicieron su aparición los “ecologistas-verdes-anti-taurinos”.

Todos quienes se han presentado antes, frente a Teleamazonas lo han hecho a cara descubierta, mostrándose sin vergüenza y sin miedo, como solo puede hacerlo quién tiene la conciencia tranquila pero, he aquí que cuando se presentan los “antis” se presentan con pañuelos cubriéndoles el rostro, con carteles ofensivos a la dignidad de los periodistas de la televisora y con gritos ofensivos, no solo para los sufridos taurinos que los escuchamos con la misma atención que a un aguacero, si no para todos quienes tuvieron la mala suerte de oirlos.

¿Porqué será que quienes defendemos la libertad mostramos con orgullo nuestros rostros y, quienes apoyan la restricción de libertades se escudan en pañuelos que oculten sus caras?.

¿Por qué será que los que defendemos la libertad de prensa, de aficiones, de criterios, de vida; lo hacemos mostrándonos con orgullo y los represores, se muestran ofensivos, insultantes y rastreros?.

¿Le gustará al Gobierno Nacional el respaldo de seres “sin cara”, sin educación, respeto o dignidad personal?

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